sábado, 25 de febrero de 2012

BMW x6 M

Prueba del BMW X6 M – Si dios existe… conduce un X6 M
BMW X6 M ¿Es una berlina? ¿Un todoterreno? ¿Un deportivo? Francamente… es lo que tú quieras, pero siempre, un cúmulo de sensaciones que no te dejará indiferente. Probamos y analizamos el sueño de todo conductor, el increíble BMW X6 M.
‘La madre de todos los coches’; ‘Haciendo realidad un sueño’; ‘Mano de hierro en guante de seda’; ‘El deportivo más bestia’; ‘Mastodonte a todo gas’… los títulos para este reportaje se agolpaban en mi mente a una velocidad casi tan rápida como éste bicho se pone a cien por hora (4,7 segundos). Brutal mires por donde lo mires, espectacular desde cualquier ángulo, imbatible en casi la totalidad de apartados, desproporcionado, incluso, para la mentalidad y la normativa vial que nos astringe de manera arbitraria… Todo eso y mucho más es el BMW X6 M, un misil teledirigido tierra-tierra capaz de romper todas las barreras que le puedas poner, incluso las mentales… y tan poco racional como los datos que arrojan su ficha técnica. Increíble.
 
Tentado estoy de cascaros un párrafo con cifras abrumadoras, como los 555 caballos de potencia, el tamaño de las ruedas (335/35/20 las traseras) o de los frenos de disco (395 milímetros de diámetro los delanteros), los 8 cilindros, o los 124.1 euros de la versión básica… pero es que las sensaciones nunca se han llevado bien con los números y, en asuntos automovilísticos, como que las matemáticas no terminan de cuadrar el balance de estímulos y adrenalina segregada. Si quieres cifras, como los 680 Nm de par o las 7.0 vueltas a las que empieza la zona roja del cuentavueltas… o el 5 que marca la misma aguja al ralentí –si no lo veo, no lo creo-, ve directo a la ficha un poco –bueno, bastante- más abajo. Si quieres disfrutar con un relato ‘de miedo’, ajústate el cinturón, porque lo vas a necesitar… y no olvides nunca que dispones 126 caballos de potencia por litro de cubicaje.
 
Es el X6 M un ‘ser superior’ –bastante más que Florentino Pérez-. Hiperbólico en todos sus apartados, sobresaliente, cuando no matrícula de honor, en todos los exámenes, casi insondable con parámetros al uso para coches ‘normales’. Es tan bueno en todo como… inclasificable. Unos lo verán como todoterreno deportivo –los más-. Otros como el deportivo más brutal que se ha fabricado nunca. Otros quizá lo vean como una berlina de lujo de aspecto fiero. Todos llevarán razón, pero… en cada apartado, existe un vehículo más lógico que este X6 M. ¿Se han columpiado los chicos de BMW? ¿O una maravilla de la automoción como este coche no tiene por qué obedecer a razones? Simplemente, es pura dinamita, una experiencia al alcance de muy pocos. Quizá porque la excelencia, la soberbia contundencia de un V8 bramando a todo lo que da montado en una bestia de casi 2.4 kilos no tiene porque ajustarse ni a razones, ni a los cánones preestablecidos de la automoción universal.
 
Es obvio que con este peso, este dinero, y la cantidad de tecnología que lleva el bicho, el maquinón este no puede ir más que bien… espectacular. Se pega al asfalto como muy pocos coches, del segmento que sean. La tracción integral es fundamental a la hora de pisar el acelerador. Cuando aprietas al máximo la sensación más parecida es un avión a máxima potencia en el momento del despegue… y, francamente, creo que la presión en el respaldo del asiento es bastante mayor en el X6 que en cualquier avión comercial. Francamente, el X6 va cargadito de todo, no le falta de nada. Desde mi punto de vista, amén del obvio consumo –es lógico que con esta relación peso/potencia no puede quedarse en 7-8 litros a los cien-, sólo es censurable que atrás no puedan ir más que dos adultos y que en el ordenador de abordo no disponga de un medidor de consumo instantáneo. Por cierto que con los 85 litros que tiene el depósito de capacidad a duras penas se puede llegar a los 6 kilómetros de autonomía. Una pena. Tampoco se puede criticar que la visibilidad trasera sea más bien escasa. Primero porque el aspecto de todoterreno deportivo obliga a ciertas formas, y segundo, porque cuenta con una cámara trasera para las maniobras e, incluso, una visión perimetral cenital del coche –BMW la denomina Top View- que te indica, exactamente, dónde están todos los obstáculos, haciendo que este paquidérmico vehículo se mueva casi con cinturita de bailarina.
 
Esta vez no fueron necesarios cinco minutos y unos pocos kilómetros para tener todos los dispositivos por la mano. Mentiría si no confieso que después de ocho días y 1.850 kilómetros todavía hay algún botón o palanquita a la que no he sacado todo el partido del mundo. El ordenador más completo que yo he visto en mi vida montado en un coche es capaz de controlar y darte la oportunidad de personalizar cientos de parámetros en un vehículo configurable y modulable a tu capricho a más no poder. El MDrive permite a los conductores programar una gran cantidad de funciones del BMW X6 M para adaptarlas a sus preferencias individuales. Estas funciones son la Electrónica Digital del Motor (sistema DME), el Control Dinámico de Estabilidad (DSC), el Control Electrónico de la Amortiguación (EDC), la dirección asistida Servotronic y el motor. Basta con pulsar el botón MDrive situado en el volante para reactivar todos los ajustes preseleccionados. Lo que yo llamo ‘M-Mode’ es una tecla que memoriza tu configuración preferida y así, nada más apretar ese botón, tendrás el coche con la especificación que quieras, más deportivo, más eficiente, con más o menos tracción trasera o delantera, con suspensiones más o menos firmes, con ESP y DTC más o menos activo, el acelerador más o menos sensible al contacto con el pie… vamos, que puedes ponerlo como te dé la gana y sólo tu sensibilidad y tacto al pilotar, perdón, conducir, guiará tus parámetros.
 
En realidad, BMW resume así su X6 M: ‘el primer Sport Activity Coupé BMW M GmbH con sistema de tracción inteligente a las cuatro ruedas xDrive dotado de un motor M TwinPower Turbo con 4,4 litros de capacidad y 555 CV de potencia’. Pero claro, te escribo esto y no te hablo de sensaciones y probablemente sea la última vez que entras en http://www.portalcoches.net/... y con razón. He revisado un poco la competencia y muy pocos se han atrevido con esta exageración de cuatro ruedas. Normal. Es un verdadero reto para un probador enfrentarse a tanto en tan poco tiempo. Es complicado, a la par que temerario, acercarse a datos como los siguientes. El X6 M posee un colector de escape con dos grupos de cilindros patentado y los dos turbocompresores Twin Scroll garantizan la máxima transmisión de potencia y un transporte óptimo de los gases de escape a los rotores del turbocompresor. De este modo, el motor M TwinPower Turbo despliega una respuesta del turbocompresor más rápida que cualquier otro motor turbo del mundo. Con su par elevado de 680 Nm que permanece invariable en toda una amplia gama de regímenes, desde las 1.5 a las 5.650 rpm, esta poderosa máquina no puede sino causar asombro.
 
Estéticamente, por fuera, es precioso. A mí me tiene enamorado desde que lo vi por vez primera y pensé… ¡madre mía… ¿quién ha cincelado esta maravilla?! Y siguiendo con el exterior, una cosa por encima de todo, y no me refiero a la imponente planta, al capó afilado, a los trazos firmes de la parrilla, las enormes toberas o las espectaculares llantas de 20 pulgadas… ni siquiera al logo ‘M’ al lado del X6. Si a estas alturas de la película alguien no se ha fijado en los cuatro escapes, dos a dos, en ambos laterales de la zaga, justo escoltando al difusor trasero, es que no merece seguir leyendo. Y cuando lo arrancas… pues música celestial. Es una pena que al interior del habitáculo apenas llegue el sonido del motor. Está insonorizado de lujo, y tan solo los inmensos espejos crean algo de turbulencia cuando vas en autopista. Ahora bien, ojiplático te quedas cuando ves que la aguja del cuentarrevoluciones, al ralentí, ¡sólo marca 5! No había visto un ralentí tan bajo en mi vida… y mira que mis posaderas se han subido a unos pocos coches…
 
Foto del interior del BMW X6 MDentro, ya te digo que es imposible no admirar una vez más la calidad y el sello que imprime BMW a todas sus creaciones. El sistema Easy Entry, marca de la casa, te permite entrar sin sacar la llave del bolsillo. Aprietas el botón y ya estás escuchando la novena sinfonía más precisa de la historia. Por cierto que cuando enciendes el motor el volante, que se había elevado al apagarlo para facilitar la salida, vuelve a su posición de conducción. En este caso llama poderosamente la atención la palanca del cambio automático, la botonería que la rodea, y en el volante, las levas plateadas, el cuero del aro cosido con puntadas rojas, azules y violetas, y los pequeños logos acreditativos de que tienes entre las manos un producto ‘M’, repartidos por las estriberas, el volante, el cuadro de instrumentos la consola central y la palanca. También alucinarás con las plazas traseras, dónde se ha optado por situar dos butacones y sacrificar el espacio central para que los dos afortunados que vayan atrás estén lo más cómodo posible. Con casi cinco metros de largo, una anchura espectacular y una batalla de casi tres metros, no homologarlo para cinco plazas me parece un error de base, pero sus razones tendrás en Múnich para haberlo hecho así. Tampoco pierdas de vista, nunca mejor dicho, el ‘Head Up Display’, una pantallita virtual, al modo de la ya vista en el Peugeot 38, por supuesto también configurable, para que tú elijas qué y cuánta información se pueda ver en el proyector que se refleja en el parabrisas, justo delante de ti, con lo que sin apartar la vista de la carretera puedes saber la velocidad a la que vas, la velocidad programada en el ordenador de velocidad de crucero y las indicaciones del navegador, por ejemplo, así como las revoluciones, con un vistoso y colorido gráfico, si eliges el modo de visión ‘M’. El maletero es igual de espacioso, con 570 litros de capacidad, además de boca para esquís. Se puede regular la apertura del mismo desde el navegador y si no llegas a cerrarlo, tranquilo porque tiene un botón que lo hace de manera automática. Delicatessen.
 
Por cierto que creo que en BMW te devuelven el dinero si no eres capaz de encontrar tu postura idónea en los asientos. Tienen mil y una regulaciones, un tacto en el cuero espectacular y con capacidad para memorizar tus posiciones favoritas, si tienes una para ir rápido y otra para ir de tranqui… o más elevado por terrenos difíciles… vamos, otro lujo más.
 
Pero es a nivel dinámico donde nos vamos a quedar con la boca abierta. Primero, porque parece increíble que un mamotreto de casi dos toneladas y media, por mucho motor que lleve, pueda ser tan ágil en cualquier tipo de firme. El tamaño de las ruedas, la tracción xDrive, la tremenda precisión a la hora de trazar y el idílico matrimonio con el chasis, bastidor, suspensiones y amortiguación, completan un todo con música celestial de fondo, con los mejores querubines del cielo dándolo todo. Gracias al Dynamic Performance Control gozarás de una increíble agilidad y una estabilidad máxima, especialmente al acelerar nada más salir de una curva. Junto con el sistema inteligente de tracción a las cuatro ruedas xDrive, el Dynamic Performance Control distribuye la potencia de manera flexible, lo que se traduce en un comportamiento óptimo del vehículo en las curvas. La distribución variable controlada de potencia entre el eje delantero y trasero aumenta al máximo la agilidad y mejora la tracción. Al entrar en una curva, el par de la rueda exterior aumenta para proporcionar un impresionante control y una estabilidad direccional de excepción. ¿También estás alucinando… no?
 
Pues no cierres la boca y busca el pañuelo para el aluvión de babas: El M Dynamic Mode del Control Dinámico de Estabilidad (DSC) permite al BMW X6 M alcanzar una velocidad de giro sin precedentes y un derrapaje controlado. Al seleccionar este modo, el DSC interviene bastante más tarde para estabilizar el vehículo, lo que incrementa el deslizamiento tanto de la dinámica longitudinal como transversal a cualquier velocidad. ¿Peligroso? Nada más lejos: esto no afecta en absoluto a la seguridad del vehículo y de sus ocupantes, ya que es sólo una forma más de aumentar el placer de conducir y ‘sentir’ un poco más el coche. Por cierto, es un coche tan bien rematado, tan redondo, que a 120 kilómetros por hora tienes la sensación de ir pisando huevos… y es que no se mueve ni un ápice. ¡Es tremendo! Por cierto que, pese a su carácter deportivo, el X6 M no se olvida de su faceta ‘todoterrenal’, ya que un control de velocidad en la bajada de pendientes pronunciadas así lo atestigua. Sin embargo, la reacción de la gente cuando ve el coche casi se puede decir que te invita a pisar el acelerador y a correr, ya que he comprobado que el 99,9 por ciento de la gente se gira al pasar para ver mejor el X6 M. Es el centro de atención allá donde va.
 
Imposible memorizar todos los dispositivos, pero tengo que comentarte uno más, relacionado con todo lo anterior. Es el Adaptative Drive, que surge como resultado de conjugar la estabilización activa del balanceo, el sistema Dynamic Drive y el Control Electrónico de la Amortiguación (EDC). En combinación con la configuración característica de los modelos M -una suspensión rebajada en 10 mm y unos muelles de suspensión más rígidos-, el Adaptive Drive ofrece un dinamismo, una comodidad y una seguridad de excepción. De este modo, se consigue reducir el balanceo del bastidor del BMW X6 M, así como mejorar el comportamiento de la dirección y el efecto de los cambios de carga.
 
¿Todavía te parece poca seguridad? Pues que sepas que una red de sensores de precisión vigilan las suspensiones, el comportamiento del motor, los frenos y los neumáticos y trabajan en sintonía con otros dispositivos electrónicos para mantener el BMW X6 M pegado al asfalto, incluso en las condiciones más exigentes. El conjunto de airbags de serie y el sistema de sujeción, con tensores y limitadores de fuerza de los cinturones de seguridad, protege a los ocupantes en milésimas de segundo en caso de que la colisión sea inevitable. ¡Hala!
 
Con la ruleta del sistema de navegación puedes casi dominar el mundo. Desde elegir destino y configurar tu ruta preferida hasta chequear las funciones más importantes de tu coche. Pasando por comprobar el reparto de tracción en ambos ejes con un gráfico que no deja lugar a dudas, o el grado de apertura del maletero, avisos de velocidad limitada, el Adaptative Drive, el M Dynamic Mode, la configuración de las luces autoadaptables de xenón que siempre iluminarán el asfalto, cadencias en parabrisas, intermitencias etcétera, temporizador de climatización por si en invierno quieres encontrarte el coche calentito justo antes de ir a trabajar, conducción eficiente o conducción ‘M’…
 
La elegante palanca del X6 M parece un joystick de videoconsola. Desde este tótem controlas en buena medida la transmisión directa de potencia y capacidad de respuesta en cualquier situación de conducción. La transmisión automática deportiva M sienta un nuevo precedente gracias al rápido cambio de marcha. El modo manual permite cambiar a cualquiera de las seis marchas con asombrosa rapidez, lo que reduce al mínimo la interrupción de potencia y aumenta la aceleración. Además, en todo momento se pueden utilizar las levas de cambio M del volante. Para no perder ni una valiosa milésima de segundo. Al menos, mirándolo por el lado bueno en lo económico, no te vas a dejar mucho dinero en extras, porque casi lo trae todo de serie. En este caso, la unidad probada apenas sube de 124.1 euros del básico a 138.0. Un par de detallitos, vaya.
 
 
Vale, todo esto está muy bien, pero… ¿es un coche lógico? ¿Merece la pena desembolsar más de 20 millones de las antiguas pesetas para hacerse con un coche que no vas a poder aparcar donde quieras, primero por espacio, y luego por la golosina que supone para los cacos. Y no te pienses que va a entrar en cualquier párking o plaza de garaje. Es muy ágil, vale, pero no desaparece o empequeñece por arte de magia –seguro que los chicos de BMW están trabajando ya en ello-. Evidentemente, queda de manifiesto a tenor de lo visto aquí arriba, que no es un coche de masas. Es un sueño, un vehículo tan perfecto como irracional, maravilloso y casi aberrante, a partes iguales, en un siglo XXI que ha empezado bajo claros tintes ecológicos.
 
Así es el X6 M, una auténtica e increíble ‘alfombra mágica’ del futuro que se desliza a ras de suelo. Inexplicable. Porque el corazón tiene razones que la razón no comprende.
 
CON LA MANO EN EL CORAZÓN
Si te sobran 124.1 euros y quieres ser el jefe de la manada en plena estampida, liberar adrenalina y experimentar sensaciones inigualables… ¡¿A qué esperas?!
 
UN COCHE PARA…
…mí. Es mi sueño. Me conformaría incluso, a unas malas, con un X6 normalito, no tiene por qué ser el ‘M’, aunque cuando has probado el caviar… ¡demonios… qué difícil es volver a los garbanzos!
 
KILÓMETROS PRUEBA – 1.850 Kms
 
PORCENTAJE (Ciudad-carretera-autovía) 20%-20%-60%
 
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BMW X6 M
 
Cubicaje / Potencia: 4.395 cc – V8 – 555 CV a 60 RPM
Caja de cambios: Automático 6 velocidades
Alimentación: Gasolina. Inyección Directa con Turbo compresor. Intercooler.
 
Longitud / Anchura / Altura: 4.876 / 1.983 / 1.684 mm
Distancia entre ejes: 2.933 mm
Maletero: - 570 litros – 1.450 litros con asiento abatido
Nº plazas: 4
Neumáticos: 275/40 R20 (delanteros) – 315/35 R20 (traseros)
Tracción: Total
Frenos: Frenos de disco ventilados (395 mm delante y 385 mm detrás)
 
Aceleración 0-1 km/h: 4,7 seg.
Velocidad máxima: 250 km/h
Capacidad depósito combustible: 85 l.
Peso en orden de marcha: 2.380 kilos
Par motor: 680 Nm / 1.5
Emisiones CO2: 325 g/km
 
Consumos oficiales:
Extraurbano: 10,8 l / 1 kms
Urbano: 19,3 l / 1 kms
Mixto: 13,9 l / 1 kms
 
Bien:
Sensaciones de pura sangre
Suavidad y funcionamiento
Infinitos dispositivos y ayudas que te facilitan la conducción
 
Menos bien:
Peso
Visibilidad trasera
Sólo cuatro plazas
 
 
Precio: Desde 124.1 euros
 

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